David vs Goliat
Empleo vs Desempleo
Quienes apoyan y permiten la expansión de los Hipermercados, traicionan el mandato supremo de luchar por una justa distribución de la riqueza y la generación de empleo.
Los Hiper, con un poder económico brutal, desarrollan su política de penetración basada en una campaña de publicidad fabulosa; con precios por debajo de la medio regional, para provocar la destrucción de la competencia que los rodea.
Esto provoca el cierre de comercios barriales, deja sin trabajo a empleados, comerciantes, viajantes de comercio, distribuidoras, empresas de transporte, propietarios de locales en alquiler, etc.
El pequeño comercio tiene todas las de perder con el avance indiscriminado de las grandes superficies.
Los Hipermercados no crean empleo, mas bien lo expulsan. Esta comprobado en el mundo entero que por cada puesto de trabajo generan de 6 a 7 desempleados.
Un análisis elaborado por CAME, sobre datos del INDEC, demuestra que, entre el año 2000 y Junio del 2006, en el sector supermercados, hubo un incremento de 322 bocas de expendio, pero el total de empleos decreció de 90.426 empleados a 85.346, es decir 5080 puestos de trabajo menos, para cubrir 377.576 metros cuadrados más de superficie.
Los Hipermercados son líderes en conocimiento de marketing. Todo se dirige a seducir hasta los deseos más inconscientes del comprador, para que se lleven no solo lo que fue a comprar, sino más.
Las promociones y las ofertas son la carnada perfecta para atraer al público. Por ejemplo a las grandes marcas de pintura les hacen fabricar “super envases” con un diseño espectacular y una leyenda impresa con el “20% más GRATIS”, cuando en realidad, es el mismo producto tradicional con “20% mas de agua”. Y el usuario recién lo descubre cuando la pintura no tiene poder cubritivo o al limpiar una mancha se sale con facilidad. Claro que también tienen el producto tradicional, pero generalmente, tienen un precio igual o superior al comercio de barrio.
La gran concentración de productos, persigue un solo objetivo, acaparar la mayor cantidad del gasto que realiza la población.
Lo que nos muestra es que el dinero recaudado, en su mayor parte, se gira al exterior, ya sea para pagar los artículos importados o repatriar las ganancias cada vez mayores.
Los Hipermercados invierten en publicidad cifras millonarias. Por ello no es fácil encontrar apoyo en la prensa para difundir los efectos negativos que las cadenas provocan.
Existe una realidad que nos indigna, que la consideramos nociva, no solo para nuestra comunidad, sino para toda la economía de nuestro país, que carcome las fuerzas de la productividad, la justa distribución de riqueza y el empleo.
Empleo vs Desempleo
Quienes apoyan y permiten la expansión de los Hipermercados, traicionan el mandato supremo de luchar por una justa distribución de la riqueza y la generación de empleo.
Los Hiper, con un poder económico brutal, desarrollan su política de penetración basada en una campaña de publicidad fabulosa; con precios por debajo de la medio regional, para provocar la destrucción de la competencia que los rodea.
Esto provoca el cierre de comercios barriales, deja sin trabajo a empleados, comerciantes, viajantes de comercio, distribuidoras, empresas de transporte, propietarios de locales en alquiler, etc.
El pequeño comercio tiene todas las de perder con el avance indiscriminado de las grandes superficies.
Los Hipermercados no crean empleo, mas bien lo expulsan. Esta comprobado en el mundo entero que por cada puesto de trabajo generan de 6 a 7 desempleados.
Un análisis elaborado por CAME, sobre datos del INDEC, demuestra que, entre el año 2000 y Junio del 2006, en el sector supermercados, hubo un incremento de 322 bocas de expendio, pero el total de empleos decreció de 90.426 empleados a 85.346, es decir 5080 puestos de trabajo menos, para cubrir 377.576 metros cuadrados más de superficie.
Los Hipermercados son líderes en conocimiento de marketing. Todo se dirige a seducir hasta los deseos más inconscientes del comprador, para que se lleven no solo lo que fue a comprar, sino más.
Las promociones y las ofertas son la carnada perfecta para atraer al público. Por ejemplo a las grandes marcas de pintura les hacen fabricar “super envases” con un diseño espectacular y una leyenda impresa con el “20% más GRATIS”, cuando en realidad, es el mismo producto tradicional con “20% mas de agua”. Y el usuario recién lo descubre cuando la pintura no tiene poder cubritivo o al limpiar una mancha se sale con facilidad. Claro que también tienen el producto tradicional, pero generalmente, tienen un precio igual o superior al comercio de barrio.
La gran concentración de productos, persigue un solo objetivo, acaparar la mayor cantidad del gasto que realiza la población.
Lo que nos muestra es que el dinero recaudado, en su mayor parte, se gira al exterior, ya sea para pagar los artículos importados o repatriar las ganancias cada vez mayores.
Los Hipermercados invierten en publicidad cifras millonarias. Por ello no es fácil encontrar apoyo en la prensa para difundir los efectos negativos que las cadenas provocan.
Existe una realidad que nos indigna, que la consideramos nociva, no solo para nuestra comunidad, sino para toda la economía de nuestro país, que carcome las fuerzas de la productividad, la justa distribución de riqueza y el empleo.
