viernes, 15 de junio de 2007

Como engañan las Grandes Superficies



Como engañan las grandes superficies

Por que los lácteos están siempre en la parte más lejana del supermercado? Por que las escaleras de los shoppings están cruzadas? Porque le banco me regala una tarjeta de crédito? Estas son algunas de las muchas preguntas que tiene una sola repuesta: todo esta hecho para hacernos consumir más y al más alto precio. “El marketing es, en esencia, un conocimiento que se aplica para comercializar todo tipo de productos y servicios”, explica Rodolfo Barros, autor de “La marca y el deseo”, un libro que hizo especialmente para descubrir “esa mitad de la naranja de la que se escribe poco y se habla apenas un poco más”: el marketing. Ese que a veces nos hace comprar como imbéciles.
Extractadas del libro de Barros, a continuación se brindan recetas para no caer en los engaños, los dobles discursos y las promesas nunca cumplidas de algunas marcas. Lea atentamente identifíquese y cuídese.

SUPERMERCADOS

1) al entrar, hay que saber que los supermercados hacen hasta lo imposible para que te lleves no sólo lo que fuiste a comprar, sino más.
2) También antes de ir, pensar que el marketing trabaja con nuestros deseos mas inconcientes.
3) Tomar el carrito y entrar por los pasillos de los electrodomésticos escuchando el cerebro y no al corazón, que mientras bombea la sangre, nos tientan con licuadoras y reproductores MP3 que no vinimos a buscar.
Así llegar hasta el fondo para comprar la carne y las verduras, y luego ir la sector de almacén.
4) Recordar que los chicos, desde pequeños, ubican en las góndolas las cosas que
les gustan. No dejar que los colores lo hipnoticen.
5) Acordarse también, que las marcas suelen tentar a los chicos con cosas
insignificantes, como una calcomanía o un jueguito sin valor, para que, por
ejemplo, tomen el cepillo de dientes.
6) Saber que los productos con vencimiento no caen por casualidad en las
góndolas. Los amigos repositores tienen la orden de poner los que se vencen
mañana delante de todos los demás y los que se vencen el mes que viene, al
fondo. Es por ello que hay que cuidarse y leer las fechas de vencimiento, de
manera que no quede rancio en nuestra heladera.
7) Las promociones y las ofertas son la carnada perfecta para atraernos a los hiper
y supermercados.
8) Por eso siempre que hay que pesar en la balanza las cosas que compramos por
oferta y las que no estén en oferta. Si solo compramos las ofertas es probable
que hagamos una interesante diferencia, pero si además nos llevamos artículos
que no lo están, que por lo general son mas caros que los que cobra el
almacenero, con viento a favor saldremos hechos, cuando no perjudicados.
9) Como las ofertas son carnada, algunos supermercadistas las “truchan” para que
no sean tales y quedemos enganchados. Siempre hay que constatar que el otro
precio que se dice es de oferta, es realmente más bajo que el que se puede
conseguir en otro lugar.
10) También hay que controlar que el precio en el folleto o la publicidad sea el que
finalmente nos cobran en la caja.
11) Antes de dejarse atraer por la oferta, revisar si en la letra hay condiciones
especiales, como limitaciones de stock o lugares geográficos, porque lo mas
probable que cuando llegue al supermercado se encuentre con que ya se agotó
y entonces se aprovechen de su tiempo para que haga otras compras que no
necesariamente le resulten convenientes.
12) Sabes que los productos que se compran una vez al año, como turrones
garrapiñadas y pan dulce para navidad y fin de año- son los que mas “errores”
de contenido neto tienen. Total de un año para el otro la gente se olvida que le
pusieron menos cantidad.
13) Sólo aceptando que la compra en los supermercados es muy compleja y que
tiene tres dimensiones: espacio, precio y tiempo, se pueden armar las
estrategias correctas para sacarle el mayor provecho.
14) Para las estrategias del espacio, que nos ayudan a organizar las otras dos
dimensiones hay que remitirse a las primeras cinco recetas.
15) Para parte de estrategia sobre el precio hay que remitirse a los cincos
siguientes.
16) El precio no solo es moldeado por las ofertas, sino también por el packaging
que, algunos casos, determina la cantidad del producto, mientras que en otros
agrega valor a la fantasía de la marca, pero no a su contenido.
17) En los supermercados no encontrará grandes relojes en las paredes. No los
hay porque no quieren que se vayan, que mida el tiempo. Por eso cuando
vaya al supermercado lleve su propio reloj. Solo así podrá controlar la tercera
dimensión desconocida.

SHOPPINGS

18) No vaya a descansar a un shoppings, no lo logrará. Aquí, el que se cansa
pierde, pues para recuperar fuerzas hay que pagar. Son contadísimos los
centros comerciales con asientos en los pasillos.
19) En los patios de comida los asientos abundan, pero el descanso es otra cosa.
Las sillas no son nada cómodas y las mesas son chicas. La idea es que nos
quedemos poco tiempo.
20) Despierte hay chicas muy bonitas a las que les pagan para pasear por el
shopping y pescar incaustos. Son esas bellezas que andan circulando siempre
con las mismas bolsas con las marcas a la vista.
21) Hace unos años inauguraron un local de ropa donde los probadores tenían
espejos para que las mujeres se vieran mas delgadas. Cuidado.
22) Como en los supermercados, en los shoppings, las tiendas y los lugares de
entretenimiento están esparcidos de tal manera que uno tiene que recorrer
toda la superficie para encontrar lo que esta buscando. En el recorrido, hay
que evitar las tentaciones de las cosas que están de más.
23) Estudie bien el mapa del shopping para llegar derecho al segundo piso, si es
eso lo que desea ya que las escaleras mecánicas nunca se ubican de manera
correlativa.
24) Cuidado con los puestitos que están en el medio del pasillo. No solo están
para tentarnos, sino también para seguirnos en un recorrido más largo que es
el estrictamente imprescindible, si es que vamos a buscar algo concreto.
25) El baño puede servirle para una urgencia, pero no pretenda pasar allí el
mismo tiempo que en el de su casa, la calefacción esta predispuesta para
quemarlo vivo.